29/3/09

Misión a Ámsterdam 6

Andaba viendo videos de R.E. (para inspirarme, sólo Ada y Leon, jeje) y me encontré con un extraño video chino (ya saben, esos chinos y sus extraños frikionismos xD jajaja) y me lo pirateé; luego se me ocurrió jugar con un oekaki japones... y resultó lo siguiente:



"Ada, wait!"

¡Ouhh~ Leon! Eres tan lindo, ¿cuántas veces repites esa frase en el R.E. 2? *-*

***
[Quinto capítulo...] Leon cerró la laptop, recogió y acomodó un poco los papeles que tenía esparcidos en la mesita. Tomó las llaves de la camioneta y tomó el comunicador que estaba en el sillón. Ada solamente se limitó a observar, impaciente por irse de ahí.

Se levantaron como dos extraños, bajaron las escaleritas para salir a la cochera y emprender el camino al hotel de su acompañante. Leon, decepcionado de no haberla podido cambiar de parecer, sentía como sus ánimos se iban por los suelos. Todo había dado un giro totalmente opuesto, de la noche anterior hasta ese instante, todo tan contrastante. Era de sorprenderse si se tiene en cuenta que horas atrás estaban ambos en la misma cama sin pensar en las consecuencias, sus trabajos y el verdadero motivo por el que se habían cruzado nuevamente sus caminos aquí, en Ámsterdam.

Mientras Leon conducía se enfrentaba a sus propios pensamientos, mientras Ada correspondía a los suyos. Ella tenía el codo apoyado en la ventana y la mejilla contra su puño, mientras tanto veía el pasar de las personas por las calles aquél sábado a medio día sin prestarles atención realmente. Su rostro no mostraba algún tipo de preocupación, aunque por dentro debatiera sobre sus palabras y las de él. Analizaba la posibilidad de salir victoriosa sin arriesgarse a mostrar esa faceta “más humana” que había descubierto la noche anterior. Ambos llegaban a lo mismo: ¿después de terminar sus respectivos trabajos, qué iba a suceder con ellos? ¿Se toparían en la reunión, se enfrentarían, se rechazarían, alguno de los dos se saldría con la suya y finalmente desaparecerían de la vida del otro sin siquiera decir decentemente, “adiós”? Ada esbozó una pequeña sonrisa, un tanto irónica.

-Como siempre –pensó.

¿Esto tendría futuro? Ada se cuestionaba si lo que sentía era algo más que una simple atracción, un capricho o incluso un pasatiempo que disfrutaba hasta cierto punto, ¿o era realmente algo más fuerte? El hecho de que Leon le diera esa atención, disponibilidad y amor que nunca se le había otorgado, llenaba el vacío que tenía en la vida. Sin aspiraciones, sin sueños y pensamientos propios; órdenes era lo único que sabía seguir y en lo que debía creer, eran los sueños y ambiciones de otros, pero no de ella.
Leon por su parte, se preguntaba cuán fría podía ser y porqué de esa actitud hacía él. ¿Qué era lo que ella quería para convencerse de lo fiable de sus palabras?, ¿o era que realmente ella no estuviera enamorada de él y sólo estaba subestimando las cosas? ¿La conocía o creía conocerla?

Entre especulaciones y el silencio, el viaje había finalizado. El trayecto fue corto, pero para ellos el triple del tiempo estimado.
Cuando estuvieron en el estacionamiento del hotel, Leon debatía si debía insistir nuevamente, pero cuando se hubo dado cuenta ya estaba rompiendo el silencio que los envolvía.

-¿Cambiaste de parecer?
-No lo sé. ¿Qué pasará después?
-Lo que queramos.
-Podríamos desaparecer nuevamente, nuestras vidas volverán a separarse, regresaríamos solos, tal como llegamos.
-O podría ser todo lo contrario, ¿no?
-¿Y después qué? Borrar mi historial no es tan sencillo con sólo proponerlo, deshacerme de lo que me aprisiona en este estilo de vida no será fácil.
-No te pido tiempo, sólo decisión. Si te decides actuar, habrá otras cosas en qué pensar y posibilidades para encontrar. Da el primer paso, lo demás lo descubriremos juntos.

Hubo un silencio, Ada miró a Leon por un momento y luego giró la cabeza hacia la ventana sin volver nuevamente la mirada hacia su acompañante.

-Regresa por mí dos horas antes del evento, se puntual, estaré esperando en la habitación 402 –dijo secamente.
-Muy bien, aquí estaré –contestó tranquilamente, mientras en su interior rebozaba de alegría.
-Tocarás tres veces la puerta, para evitar confusiones y saber que es seguro –ordenó.
-De acuerdo –asintió.

Ninguno sabía como separarse, qué tipo de despedida debían darse, ¿un beso, asentir con cabeza, levantar su mano, con palabras o sólo con la mirada? Ada había optado por sólo afirmar con la cabeza ante la respuesta de Leon y comenzar a moverse para bajar; pero Leon buscaba más y tomó su muñeca nuevamente pero con menos fuerza que la última vez, y acercándose a ella, depositó un beso cerca de sus labios apenas tocándolos. Bajó del vehículo y caminó hacía la puerta que la llevaría al interior del hotel; mientras tanto, Leon avanzaba por el estacionamiento, siguiendo las flechas que lo conducirían a la salida.

Llegando a su departamento, subió a su habitación para darse un largo baño para relajarse y preparar sus posibles estrategias de convivencia con personajes que no conocía más allá de datos en los documentos que había leído por la mañana. Se preguntaba qué tan complicado sería esta vez, y entonces su mente lo llevaba distraerse en la que sería su ayudante. No había sido fácil convencerla, debió tranquilizarse, mostrarse apacible y respirar profundamente para conservar la calma.

-¿Por qué a ella, una enemiga? A veces ya no sé qué pensar, ¿qué es lo que estoy haciendo? –se recriminó.

Cuando terminó de asearse y cambiarse, se percató que no tenía ropa apropiada para asistir a un evento importante, pero no se preocupó demasiado ya que tenía un par de horas más antes de ir al hotel; así que decidió ir de compras y conseguir un buen traje. Pero antes, debía conocer un poco más la ciudad y encontrar una tienda cercana para no alejarse mucho, así que encendió la laptop y solicitar un mapa con ubicaciones atractivas para turistas. Buscó alguna tienda de ropa cercana, y en menos de 15 minutos había hallado la indicada. Tomó sus cosas y el comunicador en caso de una emergencia. No tardaría mucho, estaba ahí para trabajar y no para andar como un turista por la ciudad, en este caso, la necesidad de una vestimenta le permitía romper un poco con el esquema establecido.

-Los imprevistos suceden… -pensó. Emprendiendo una nueva salida.

En otro lado de la ciudad, Ada…

***
¡Uff, y lo que falta! XD

Hasta la próxima~

4 comentarios:

alice akisuki dijo...

waaaaaaaaaaaaaaaa ke ganial lo amo, amo este fanfic sigue asi ya kiero ke sakes el proximo capi

Kim Youver dijo...

XEVERE!! Sigue esta re-buenaza

Kim Youver dijo...

SIGUELA!!

paola dijo...

hola
de nuevo por aqui visitandote, y pues nuevamente me quedo sin palabras ante esta gran obra maestra, me encanta tu historia, me alegra haber encontrado este espacio.
bye