27/9/09

Misión a Ámsterdam 8

¡Basta de cursilerias, es hora de la relación amor-odio que nos gusta tanto! ¡AdaxLeon! Como siempre, me disculpo por el tiempo de espera pero no siempre está conmigo la inspiración o el tiempo suficiente.

Gracias por su paciencia, sus comentarios y críticas constructivas; espero no decepcionar a nadie. Este fanfic seguirá hasta que yo ponga FIN, eso es un hecho. Ahora, es momento de presentarles:



Y sin más que agregar... ¡A leer!

***

[Séptimo capítulo...] -¡Oh no, es tarde! Tengo menos de una hora para llegar –Leon frente al espejo tratando de hacer el nudo de su corbata-. ¡Ok, no puedo! Al demonio con la corbata –quitándosela y metiéndola en un bolsillo del pantalón.

Se revisó la apariencia por última vez, se puso de perfil frente al espejo y se cercioró de que no fuera visible ningún arma.

-Ningún problema –pensó-. Ahora es momento de darme prisa.

Tomó las llaves del auto que estaban en una mesita pequeña al final de un angosto pasillo rumbo a la salida del apartamento. Bajó las escaleras lo más rápido que pudo, entró al auto, acomodó el ramo de flores en el asiento del copiloto con sumo cuidado de no maltratarlas y arrancó inmediatamente.

-No llegará –mirando un reloj digital colocado en un buró junto a su cama-. Sólo quedan 8 minutos para que se cumpla la hora acordada. No esperaré más de un minuto pasando la hora, Leon. –Reprendió al aire, como si alguien escuchase aquella amenaza.
-Señor, ¿cuánto tiempo estacionará su auto? –preguntaba un joven desde una cabina de vigilancia al conductor de una lujosa camioneta negra.
-No más de una hora –dijo mientras bajaba del auto.
-Tome, aquí tiene su ticket.
-Gracias.

Apenas tomado el pequeño papel, condujo siguiendo nuevamente el camino trazado de grandes flechas sobre el piso, él ya había estado ahí así que no necesitó prestarles mucha atención. Se estacionó en un lugar cercano a la puerta del edificio, alargó su mano hacia el asiento de a lado y tomó el arreglo, de inmediato salió presuroso hacía el elevador que lo conduciría al living. Saliendo de ese ascensor tomó otro, justo a su izquierda. Presionó el botón 4 rápidamente y cuando el foquito se hubo encendido miró su reloj para asegurarse que estaba a tiempo.

-Sólo 4 minutos… ¡demonios! –pensó-, ¡apresúrate maldito ascensor!

Mientras el ascensor llegaba a su destino, giró su rostro a una de las paredes y vio su reflejo en una de ellas. Su rostro no desvelaba indicios de nerviosismo o preocupación, tantos años en el negocio le había enseñado muy bien a controlar los músculos del rostro. A simple vista parecía un hombre serio y despreocupado en ese reflejo. Seguro de sí mismo. Levantó una ceja de desconcierto mientras se acomodaba el cuello de su camisa. Entonces un pequeño timbre dentro del ascensor se escuchó.

-Estoy en el cuarto piso –pensó-. Es hora de moverme.

Miró su reloj nuevamente y caminó presuroso a la segunda puerta a su izquierda después de avanzar un par de metros fuera del ascensor.
Parado frente a esa puerta blanca de madera, tocó tres veces.

Escuchó como llamaban a la puerta y contó los golpes. –Es él –concluyó.

Caminó hacía la puerta y abrió lentamente, con desgana. –Creí que no llegarías –dijo-. No pensaba esperarte ni un minuto más.
-Gracias, eso me consuela –dijo con un poco de sarcasmo en su voz.
-Pasa, ¿qué esperas? –Ada expresó, más como una orden y se alejó de la puerta regresando al fondo de la habitación.
Leon tomó el pomo de la puerta y la abrió más para poder pasar, se dio cuenta de que Ada estaba ya al final del pequeño pasillo para dar paso a la habitación completa; pensó que estaba siendo cortante pero recordó que antes de separarse, horas atrás, su humor no había cambiado para con él

–Hubiera preferido otro tipo de bienvenida –se quejó Leon mientras cerraba la puerta tras de él.
-No te ilusiones –dijo, sin dirigirle la mirada.

Cuando terminó de recorrer el pasillo y llegó a su lado, se dio cuenta que había un portafolios en su cama y uno que otro papel regado sobre él. Se acercó un poco más y leyó un nombre que le pareció familiar.

–Grand Ballroom –pronunció-. ¿De dónde obtuviste eso?
-Te dije que una chica consigue lo que busca. Incluso sin ayuda.
-Basta de eso, dime, ¿qué harás ahora? –Preguntó curioso-. Tienes una invitación pero no un acompañante.
-¿Y eso qué? ¿Lo necesito?

Leon no respondió, sólo se quedó mirándola, sabía que si decía que sí, seguramente ella se pondría a la defensiva. Sabía que era independiente y que podía valerse por sí misma, y que estaba siendo egoísta al quererla sólo para él.

-Pensé que habíamos hecho un trato –pronunció lentamente-. Llegué a la hora acordada, ahora tú cumple con tu parte.
-Lo haré, pero continuaré yo sola después de estar entre ellos –sentenció.

Leon tomó aire y dejó salir un suspiro. –Está bien, será a tu manera –y tomó una de las invitaciones que estaban encima del maletín.
-Son dos –dijo ella.
-Muy bien, ocuparemos los tuyos en ese caso. Ahora, ¿qué son esos papeles?
-No los entiendo del todo, hay direcciones, nombres y cantidades enormes de dinero. Pero no explica para qué es todo eso, ni quién lo administra.
-Habremos de investigarlo. Pero antes de eso, toma –extendiendo el brazo en donde cargaba el ramo-, son para ti.
-¿Es una broma? –preguntó incrédula, no se había dado cuenta de que las traía.
Leon se quedó callado por unos segundos. –No, no lo es, son para ti –concluyó.
-No lo puedo creer –estiró sus brazos y las tomó. –Supongo que debo decir: gracias.
-No sería mala idea, pero no importa sino lo haces.

Aunque en el fondo se había sentido humillado, sólo se limitó a seguir la corriente a los comentarios de aquélla chica fría que tenía a su lado. Quizá fue resignación, pero no quiso darle muchas vueltas al asunto. Era una persona difícil, su comportamiento le sorprendía pero concluyó que si le reclamaba podría perder su compañía y la poca o mucha confianza que hasta el momento había logrado inspirarle. El hecho de haber aceptado una tregua momentánea ya era un avance. Se repitió a sí mismo la palabra ‘paciencia’ hasta que acomodó sus ideas; entonces habló:

-Muy bien –y suspiró.

Había tomado aquellas flores, no sabía muy bien qué eran o cómo se llamaban. Trató de no prestarle mucha importancia pero algo se movía en su estómago, provocándole un leve cosquilleo. Lo amaba, eso era algo que aunque le pesase la realidad de ese sentimiento, era algo que interiormente no podía negar. Era cierto, pero no tenía porqué decirlo. Se preguntó del significado de ese regalo, no se lo esperaba y no tenía idea de cómo responder. No lo creyó necesario. Caminó rumbo al baño mientras se sentía observada, firme y segura entró y cerró la puerta. Dentro, se recargó de la mesa del lavabo y dejó el ramo a un lado. Tomó aire.

Se quedó estático, de repente observó como ella comenzaba a caminar a una puerta lo que imaginó debía ser un baño. La siguió con la mirada hasta que ella desapareció tras la puerta después de cerrarla. Se acercó más a la cama y decidió rebuscar entre los papeles para ver si encontraba algo de su interés. Pero sólo veía números que no tenían sentido en ese momento; sintiéndose mareado detuvo su búsqueda y en un pequeño sofá frente a la cama se sentó a descansar. Tomó aire.

Abrió el lavamanos, el agua escurría por sus manos mientras se miraba al espejo. No vio nada fuera de lo normal. Agarró una jarra vacía a lado de ella, junto a tres vasos vacíos y dos botellas medianas de agua purificada. La llenó a la mitad de agua del grifo, y la puso a un lado. Abrió con cuidado, cosa que le sorprendió cuando terminó de hacerlo, el celofán que cubría el ramo. Se quedó admirándolas por un momento y finalmente las acomodó de manera uniforme en la jarra. Volvió a lavarse las manos; acto seguido aprovechó para arreglarse el cabello y acomodar los pliegues a su vestido.

Tenía cerrado los ojos, sólo escuchaba el sonido del exterior: bullicio de ciudad. En uno de esos momentos en que tenía su oído alerta escuchó agua correr, seguramente del baño en donde ella llevaba ya unos 10 minutos aproximadamente. Observó su reloj.

-En hora y media –pensó.

Sin nada que hacer, sentado pero inquieto, buscó en los bolsillos de su pantalón y recordó que llevaba una corbata en uno de ellos. –Se arrugará sino la ocupo -pensó- lo intentaré nuevamente con calma. Se levantó, giró la cabeza buscando un espejo para observar sus movimientos y cerciorarse de que haría un buen nudo. Encontró uno a lado de él, colgado en la pared. Era pequeño pero lo suficientemente grande para poder observar su rostro y parte de su cuello.

Salió con una jarra en sus manos. -¿Qué tan patética puedo verme? –pensó. Avanzó un poco por el pasillo, a su izquierda vio la Leon frente al espejo haciendo gestos de inconformidad mientras intentaba anudarse una corbata. Antes de decir algo, llevó su florero improvisado a una de las mesitas que hay junto a la cama. Volvió la vista. Giró su cuerpo y caminó hacía él.

-¿Necesitas ayuda?
-Creo que sí –sin prestarle mucha atención.
-Déjame ayudarte –respondió mientras tomaba una de sus manos y detenía la operación.

Leon, confundido, guardó silencio y dejó que ella lo ayudase.

-Ya está, no es algo que debiera causar algún tipo de dificultad.
-Hum… Gracias.
-¿Qué es lo siguiente “partner”? –poniendo énfasis en la última palabra.
Haciendo caso omiso a su provocación, Leon dijo: -¿Quiénes seremos esta noche?
-Podríamos empezar a decir que tú eres un empresario interesado en el proyecto, un joven visionario y ambicioso. No sé.
-¿Y tú?
-Un hombre de ese tipo siempre se rodea de chicas, esta noche yo seré tu acompañante.
-Ok, sin historial ni compromiso. ¿Una compañía esporádica?
-Sí, ¿para qué rompernos la cabeza armando una relación sentimental? ¿Querías ser mi esposo o decir que estamos comprometidos? –rió abiertamente-. ¡Por favor!
-Bien, como quieras –dijo con aspecto sombrío y serio.

Se estaba hartando de los continuos ataques, quería defenderse pero sabía que se arriesgaba a la volubilidad de su acompañante. Comenzaba a sentirse incómodo, irritado y arrepentido de haber hecho ese trato.

-Debí prever esto –pensó-, puede llegar a ser tan irritante pero no le daré ese gusto –y se tranquilizó interiormente.
-A pesar de mis comentarios, sigues aquí. Vaya que eres masoquista; pero me agrada tenerte a mi disposición y sin reclamos –sonrió victoriosa sin darse cuenta.
-¿De que te ríes? –preguntó confundido.
-¿Ah? No es nada, siento que esta noche será divertida.
-Ya, bueno te decía… -siguió con la explicación del plan y sus alternativas.

Pasaron una hora hablando solamente de lo que harían, de lo que probablemente encontrarían, de planes de escape y trazaron líneas clave en un plano general del salón. En otro mapa más grande, de la ciudad de Ámsterdam, también marcaron líneas sobre posibles rutas por si en cualquier momento eran necesarias. Lo mejor era tener alternativas y tomar en cuenta pequeños detalles.

***

¿Qué les pareció? :)

Hasta la próxima~

8 comentarios:

Xóchitl del Carmen dijo...

¡¿Séptimo capítulo?!. Ay, ¿algún día lo publicaras en librito?, digo, para leerlo todo; ¿de qué trata?; no quise leerla porque tendría que empezar desde la primera, si no, no le entendería ¿verdad?.
Jajajajaja, sabes qué, el pastelito ese no era para ti, creo el blog cumplió un aniversario más o quien sabe porque noté que la misma rebanadita aparecía en todos los demás, jajajaja, ups, yo me equivoqué.
¡Llévame!. Ah, jaja, olvidé decir que tampoco como fritangas, garnachas, comidas corridas, etcétera. Sí, lo sé…, ¡soy marciana!. Jajaja, lo curioso es que comencé a hacer esto desde que llegué aquí y sigo igual de obesa (¡maldito metabolismo!).
Ten un buen domingo, buenas noches.

rblue dijo...

mmmm... hay algo diferente :O has mejorado, mi niña ha crecido al escribir :) tan interesante como acostumbras... no tardes tanto en escribir el capitulo 9!

cuidate niña
-bye-

Lucy dijo...

Magnifico!
como me gusta esta historia..
y como ya dijieron, espero que no tardes en escribir el capitulo 9

saludos!

Xóchitl del Carmen dijo...

Nott, ¿quieres salir a caminar conmigo?.
Mi amiga Chole (la soledad) me frustra.

Xóchitl del Carmen dijo...

Me dices cuando ya los tengas, seré tu primer clienta.
Ahora sí, después de una sesión fotográfica de mal gusto, me iré a dormir, ja.
Buen martes.

hox09679 dijo...

excelente, no he leido los primeros caps pero es un buen momento para comenzar a leerlo desde principio

Anónimo dijo...

Genial le seguiste el fanfic =) como 100pre me quede con ansias de seguir leyendo no nos tente asi a los fanaticos de LeonxAda4eveR♥ xD

Pero sigue asi ojala Que a la proxima no te tardes pero tu ispirate buena suerte

paola dijo...

hola
lo se, siempre me encuentro en tu blog, pero es que no puedo evitarlo, tus historias me intrigan tanto, y la verdad las disfruto mucho, cada capitulo crea en mi algun sentimiento, sigue asi, esperare pacientemente para leer el proximo capitulo.
bye